CONCEPTO
Las radiaciones electromagnéticas se dividen en dos grandes categorías dependiendo de su nivel de energía:
Las radiaciones electromagnéticas se dividen en dos grandes categorías dependiendo de su nivel de energía:
- las radiaciones ionizantes
- las no ionizantes
Ejemplos de radiaciones ionizantes serian la radiactividad o los rayos X. Están admitidas como peligrosas y se gestionan con medidas de seguridad apropiadas.
RADIACIONES IONIZANTES
Como ya se ha indicado, en el proceso de transformación, el núcleo inestable emite radiación, la cual puede ser de naturaleza corpuscular o bien de naturaleza electromagnética. La radiación de naturaleza corpuscular está formada por partículas con masa, emergiendo del núcleo con una importante velocidad. En la mayoría de los casos, estas partículas tienen carga eléctrica. Según el tipo de inestabilidad del nucleido, esta emisión puede ser de diferentes tipos: radiación alfa, radiación beta y radiación gamma.
1. Radiación alfa
Este tipo de radiaciones, de carácter corpuscular, se produce al desprenderse del núcleo dos protones y dos neutrones. Es una emisión de partículas cargadas positivamente, que son idénticas a los núcleos de helio.
Dado que las partículas alfa son muy másicas, su capacidad de penetración en la materia es muy baja, presentando una elevada pérdida de energía por unidad de longitud recorrida. Asimismo, su carga eléctrica comporta que en su interacción con otros átomos se desprenda gran número de electrones orbitales, con lo que producen una elevada densidad de ionizaciones. Su efecto biológico y peligrosidad asociada a la contaminación interna es alta.
2. Radiación beta
Radiación de naturaleza corpuscular, cabiendo diferenciar entre la radiación beta negativa y la radiación beta positiva. La radiación beta negativa se produce cuando el radionucleido emite un electrón tras convertirse un neutrón en un protón. Por tanto en una transformación con emisión beta negativa, el núcleo resultante tiene un neutrón menos y un protón más que su progenitor, quedando pues inalterado su número másico. En cambio la emisión beta positiva consiste en la emisión de un positrón, siendo la antipartícula del electrón, teniendo carga eléctrica positiva. En la emisión beta positiva, el núcleo resultante tiene un neutrón más y un protón menos que su progenitor, por lo que también queda inalterado el número másico. Una propiedad específica de la emisión beta positiva, es que va seguida de la aniquilación del positrón, el cual acaba combinándose con un electrón y la masa de ambos se transforma en energía, con la correspondiente emisión de dos fotones.
La densidad de ionización producida por la radiación beta es menor que la producida por la radiación alfa, dado que la primera suele presentar una mayor velocidad y en consecuencia un menor "tiempo de interacción".. Por contra, el alcance (penetración en un medio material) de la partícula beta suele ser superior al de las partículas alfa.
3. Radiación gamma
Es una radiación de naturaleza electromagnética, es decir, de idéntica naturaleza que la luz visible, la ultravioleta, o los rayos X. Por tanto no posee ni carga ni masa.
Los núcleos excitados, de forma espontánea tienden a pasar a estados de menor excitación. La energía excedente procedente de esta cambio de estado del núcleo se suele emitir en forma de fotones, constituyendo la denominada radiación gamma.
La radiación gamma, a diferencia de la radiación alfa y de la radiación beta, produce ionización indirecta. El propio fotón, al interaccionar con el medio material libera unos pocos electrones, dotados de elevada velocidad, constituyendo las denominadas interacciones primarias. Seguidamente, cada uno de estos electrones producen, en el material con que interaccionan, una notable cantidad de nuevas ionizaciones, constituyendo la denominada ionización indirecta.
La interacciones primarias se pueden producir a través de uno de los siguientes efectos:
Efecto fotoeléctrico: un fotón arranca un electrón de las capas internas del átomo y este electrón produce otras ionizaciones.
Efecto Compton: un fotón arranca un electrón de las capas más externas y pierde toda su energía, teniendo al final un electrón dotado de una notable velocidad y un fotón, que respecto el fotón incidente presenta una menor energía y una diferente dirección de propagación.
Creación de pares: un fotón de suficiente energía, en presencia de un núcleo, puede transformarse en un electrón y su correspondiente antipartícula, el positrón
El poder de penetración de estas radiaciones es grande, ya que únicamente son desviadas o neutralizadas por impacto con los electrones orbitales.
Radiaciones ionizantes y cáncer
Las radiaciones ionizantes se comportan como un cancerígeno demostrado, dosis incluso cotidianas, pueden desencadenar un cáncer al acumularse.
Cuando se trata de exposición a grandes dosis, el perfil temporal del riesgo difiere según el tipo de cáncer: para la leucemia el riesgo aumenta rápidamente en los primeros años, declinando después; en los tumores sólidos el riesgo aumenta lentamente con el paso del tiempo.
Sobre la población general, y excluida la radiación procedente de radiografías y exploraciones médicas, el mayor riesgo exposicional procede de la desintegración del uranio en radón. Aunque no es posible evitar por completo la exposición domiciliaria a radón, sí que puede ser disminuida; la simple ventilación de las casas disminuye drásticamente los niveles de radón en su interior.
Sobre la población general, y excluida la radiación procedente de radiografías y exploraciones médicas, el mayor riesgo exposicional procede de la desintegración del uranio en radón. Aunque no es posible evitar por completo la exposición domiciliaria a radón, sí que puede ser disminuida; la simple ventilación de las casas disminuye drásticamente los niveles de radón en su interior.
RADIACIONES NO IONIZANTES
Nos centraremos en las no ionizantes. Las radiaciones de radio y televisión, y telefonía móvil ( también llamadas microondas). De estas radiaciones siempre se ha dicho que no perjudicaban, porque no producían efectos de calentamiento celular, los llamados, " efectos térmicos". Esta opinión nunca ha sido unánime entre los científicos, pero recientemente se vienen produciendo una serie de hechos que han sacado el tema a debate. Muchas investigaciones han dejado claro que existen " efectos no térmicos", que hasta ahora no se han tenido en cuenta, pero que no por eso dejan de ser peligrosos.
Las radiaciones que hasta el momento se reconocen como más perjudiciales son, por un lado, las emitidas por los tendidos eléctricos de alta tensión y sus estaciones transformadoras, y por otro, las derivadas de la telefonía móvil, tanto las emitidas por los móviles como las procedentes de sus antenas base.
¿Cómo nos afectan las microondas?
Son cientos las investigaciones de laboratorio que han encontrado relaciones positivas entre microondas y desordenes de todo tipo. Estas investigaciones ya han puesto de manifiesto como influyen las ondas microondas sobre los tejidos de los seres vivos.
Los organismos animales ( racionales e irracionales), utilizan electricidad para desarrollar sus funciones vitales. Lo que corre por los nervios son corrientes eléctricas. Pruebas como el electroencefalograma o el electrocardiograma lo que hacen es registrar la actividad eléctrica del cerebro o del corazón para detectar si existen irregularidades en su funcionamiento.
Los organismos animales ( racionales e irracionales), utilizan electricidad para desarrollar sus funciones vitales. Lo que corre por los nervios son corrientes eléctricas. Pruebas como el electroencefalograma o el electrocardiograma lo que hacen es registrar la actividad eléctrica del cerebro o del corazón para detectar si existen irregularidades en su funcionamiento.
Sintetizando mucho, citaremos algunas de las principales vías de influencia, aunque hay que decir que prácticamente cada día hay algún equipo de investigadores que descubre nuevas alteraciones: una de ellos es a través de un aumento de la permeabilidad de la barrera hemato-encefálica, las neuronas, como todas las células, están recubiertas de una membrana, que se hace permeable a determinadas sustancias que no deberían entrar en las neuronas. Este proceso permite relacionar las microondas con tumor cerebral, la enfermedad de Alzheimer y pérdidas de memoria como consecuencia más directas.
Otra vía de influencias es a través de la producción de melatonina. La melatonina es una hormona, producido por la glándula pineal, una de cuyas funciones conocidas es la de regular los ritmos del sueño y vigilia. Una de las alteraciones en su producción es la alteración del sueño y del carácter tales como depresión, cansancio y en el extremo suicidio.
Experimentos de laboratorio han demostrado que las radiaciones de baja intensidad producen roturas en el ADN. El ADN es el encargado de fabricar células especializadas, y su rotura puede provocar la fabricación de células no especificas, es decir cáncer.
Otra vía de influencias es a través de la producción de melatonina. La melatonina es una hormona, producido por la glándula pineal, una de cuyas funciones conocidas es la de regular los ritmos del sueño y vigilia. Una de las alteraciones en su producción es la alteración del sueño y del carácter tales como depresión, cansancio y en el extremo suicidio.
Experimentos de laboratorio han demostrado que las radiaciones de baja intensidad producen roturas en el ADN. El ADN es el encargado de fabricar células especializadas, y su rotura puede provocar la fabricación de células no especificas, es decir cáncer.
En especial, y derivado de la Recomendaciones del Consejo y del conocimiento científico de que disponemos en este momento, queremos instar a que se siga como mínimo de manera inmediata y urgente el siguiente decálogo de medidas preventivas por parte de la Administración Central y autonómica:
| Exigir a las compañías prestatarias de servicios eléctricos que revisen los transformadores de media tensión instalados en zonas urbanas, a fin de que se garantice el mínimo de radiación electromagnética, o su traslado cuando no se garantice esos mínimos. |
| Instar a las mismas compañías a que sotierren y aíslen adecuadamente contra campos electromagnéticos los tendidos de media tensión. Exigir el traslado de los tendidos de alta tensión y las subestaciones de transformación lejos de las zonas habitadas. |
| Dictar normativas autonómicas prohibiendo la instalación de torres de Telefonía móvil en las terrazas de los edificios, obligando a situarlas lejos del núcleo urbano, y tomar las medidas oportunas para el traslado de las ya existentes. |
| Promover el traslado de las emisoras de radio y televisión a distancias mínimas del casco urbano, y que se asegure unos niveles de radiación no perjudiciales para la población. |
| Exigir estudios de las emisoras de radio y televisión a distancias mínimas del casco urbano que asegure unos niveles de radiación no perjudiciales para la población. |
| Exigir estudios detallados de impacto medio ambientales ante cualquier propuesta de instalación que pueda suponer un riesgo de radiación electromagnética para los ciudadanos. |
| Explicar a la población cómo se evalúan y gestionan los riesgos relacionados en la electro-polución, dada a la gran ansiedad que despierta en la población este tema, y desarrollar campañas informativas con relación a la contaminación electromagnética. |
| Desarrollar políticas de investigación y de estudios epidemiológicos que permiten un adecuado conocimiento de los efectos biológicos dela electro-polución un adecuado conocimiento sobre sus efectos biológicos ( tanto en el ámbito local, autonómico y nacional). |
| Promover la comercialización de productos eléctricos y electrónicos de campo. Exigir que las instalaciones eléctricas en las viviendas de nueva construcción dispongan de las medidas idóneas que garanticen una mínima irradiación. |
| Pedimos que las compañías de telefonía móvil informen cuando se muestren una relación entre las ondas que emiten dichas antenas y ciertas enfermedades. |
| Pedimos que las antenas de telefonía móvil se alejen de las zonas habitadas, ya que estas antenas producen en las poblaciones un efecto, y dado que las antenas funcionan 24 horas al día, por lo que los ciudadanos que viven junto a ellas están recibiendo sus radiaciones durante largos periodos de tiempo. |
¿Qué es la radiación electromagnética?
Se denomina así a la propagación de campos electromagnéticos mediante ondas a partir de una fuente. Esta denominación comprende distintos tipos de emisiones, dependiendo de la frecuencia de dichas ondas, comprendiendo no sólo las ondas empleadas en radiocomunicación, que son el objeto del actual debate y que, en adelante, denominaremos emisiones radioeléctricas, sino los rayos infrarrojos, la luz visible, la ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma, producidos por la materia radiactiva. (Ver cuadro "El Espectro Electromagnético")
¿Qué son las radiaciones ionizantes?
Para ionizar la materia es necesario superar un determinado nivel de energía al que corresponde una determinada frecuencia. Las radiaciones con energía suficiente para crear iones se denominan "ionizantes".
¿Son ionizantes las ondas de radio?
No. Las frecuencias utilizadas en los sistemas de radiocomunicaciones son varios millones de veces inferiores a las correspondientes a la energía necesaria para ionizar la materia por lo que estas emisiones radioeléctricas son "no ionizantes".
¿Qué efecto producen las emisiones radioeléctricas sobre el cuerpo humano?
Pueden producir calentamiento.
¿Es perjudicial el calentamiento producido por las radiaciones electromagnéticas?
Dentro de ciertos límites, el organismo humano dispone de mecanismos de termoregulación cuya misión es mantener la temperatura corporal. Tomar el sol supone una exposición a las radiaciones electromagnéticas de la luz solar, siendo de sobra conocido que deben tomarse ciertas precauciones. Del mismo modo, las emisiones radioeléctricas utilizadas en las telecomunicaciones deben funcionar dentro de los márgenes considerados científicamente seguros.
¿Son seguros los teléfonos móviles?
De acuerdo con la opinión generalizada de las autoridades científicas, no hay evidencia de que el uso de teléfonos móviles pueda causar efectos nocivos para la salud. Algunos estudios sugieren que las emisiones radioeléctricas de los teléfonos móviles podrían causar sutiles cambios fisiológicos, fundamentalmente un incremento de la temperatura corporal, que no entrañan riesgos para la salud.
¿Qué normativa regula las emisiones radioeléctricas utilizadas en telecomunicaciones?
La Recomendación del Consejo 1999/519/CE, de 12 de julio de 1999, relativa a la exposición del público en general a campos electromagnéticos (0 Hz a 300 GHz). Diario Oficial Nº L199 de 30/07/99, pp: 0059-0070) establece unos valores máximos de determinados parámetros, 50 veces por debajo de los que científicamente se han comprobado que son inocuos. El Gobierno está adaptando nuestra normativa legal a esta Recomendación europea, respetando todo su contenido. Esta normativa debe satisfacer los deseos de la sociedad y su cumplimiento riguroso debería tranquilizar a los ciudadanos respecto de las instalaciones de sistemas de telecomunicación
¿Cómo se determinan los niveles máximos de exposición a las emisiones radioeléctricas?
La determinación de estos niveles se hace estableciendo parámetros medibles en las instalaciones. Un parámetro importante es la "Tasa Específica de Absorción" (TAE, o SAR por sus siglas en inglés) que se relaciona con la energía absorbida por el cuerpo humano. Una TAE de 4 W/Kg se considera dentro de los márgenes en los que el organismo humano dispone de mecanismos de autorregulación de la temperatura corporal.
La normativa establece la relación entre la TAE y el nivel de densidad de potencia del campo electromagnético, que se mide en W/m2 o mW/cm2. La normativa fija unos límites máximos para los valores de TAE y densidad de potencia unas 50 veces inferiores a los considerados inocuos.
¿Qué límites establecen la normativa de la Unión Europea para la densidad de potencia?
La Comisión Europea, a través de la Recomendación del Consejo citada anteriormente, establece una Tasa de Absorción Específica máxima de 0,08 W/Kg que para las frecuencias utilizadas en telefonía móvil (900 y 1.800 MHz), corresponden a unos límites de 0.45 y 0.9 mW/cm2, respectivamente, para la densidad de potencia. Para las frecuencias utilizadas en los sistemas de telefonía fija vía radio este límite es 1 mW/cm2.
¿Cómo se puede comprobar que las instalaciones cumplen la normativa?
Mediante la existencia de un proyecto técnico y la certificación de fin de obra firmada por un ingeniero de telecomunicación, y visados por el Colegio profesional correspondiente, que verifique que la instalación cumple los niveles de referencia establecidos en la normativa. La normativa española establece la obligación para los operadores de presentar una certificación de la conformidad a la normativa vigente de las instalaciones que estén en funcionamiento, en el plazo de tres meses a partir de su entrada en vigor. Esta certificación será igualmente necesaria para la puesta en funcionamiento de nuevas estaciones.
¿Existe alguna evidencia científica de que las emisiones radioeléctricas que cumplan la normativa, puedan ser perjudiciales para la salud?
No existe evidencia científica de que la exposición a campos electromagnéticos tengan efectos perjudiciales para la salud, siempre que se asegure que se respetan los límites máximos establecidos en la normativa.
¿Es necesario instalar las estaciones base en lo alto de los edificios?
Para conseguir suficiente cobertura, las antenas de las estaciones base deben situarse en puntos relativamente altos en relación al entorno que las rodea, debiendo haber suficientes estaciones base para que puedan comunicar a la vez muchos usuarios. Esto obliga, en zonas urbanas, a instalar las estaciones base en las azoteas de los edificios.
¿No podrían alejarse las estaciones base de los núcleos urbanos?
La concentración de antenas en uno o varios puntos fuera de los núcleos urbanos requiere la realización de estudios de cobertura y analizar las condiciones resultantes en cuanto a las emisiones radioeléctricas en el entorno inmediato a la ubicación de las antenas (potencia radiada, efecto acumulativo de las radiaciones de las antenas adyacentes, cumplimiento de los niveles de referencia establecidos en las normativas aplicables sobre seguridad para las personas, etc.), teniendo en cuenta que la reducción del número de estaciones-base de telefonía móvil desplegadas obliga a aumentar la potencia radiada por las estaciones base desde la ubicación única. No siempre resulta ser ésta la mejor solución.
¿Quién debe autorizar la instalación de una estación base?
La instalación de una estación base contempla dos facetas diferentes: la arquitectónica y la de telecomunicaciones y requiere contar con la autorización del propietario o comunidad de propietarios del edificio o terreno en el que se pretende instalar. De acuerdo con la Ley de Propiedad Horizontal, en el caso de una comunidad de propietarios, para la aprobación de esta autorización, resulta exigible la mayoría de las 3/5 partes de las cuotas de participación. Los Ayuntamientos pueden regular, mediante Ordenanzas Municipales específicas, la concesión de licencias urbanísticas para la instalación de estaciones base. Las Comunidades Autónomas también pueden promulgar, dentro de sus competencias, reglamentos para regular los aspectos medioambientales de la instalación. En todo caso debe exigirse el proyecto técnico y la certificación de fin de obra referida a los niveles reales y el diagrama de cobertura de la emisión radioeléctrica.
Efectos Biológicos.
La radiación de alta frecuencia y las microondas provocan vibraciones moleculares, produciendo calor --de ahí su empleo doméstico e industrial--, con lo que pueden producir quemaduras a partir de una determinada cantidad de radiación absorbida.
La radiación de frecuencias extremadamente bajas se consideraba inocua. Está demostrado, sin embargo, que puede producir cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría tener efectos biológicos importantes. Así, se han publicado múltiples estudios en las últimas dos décadas, citando una posible relación de los campos electromagnéticos de baja energía con el origen de determinados cánceres, sobre todo leucemias. También se han intentado relacionar con alteraciones del aparato reproductor, neurológico y cardiovascular, y con malformaciones fetales.
La radiación de frecuencias extremadamente bajas se consideraba inocua. Está demostrado, sin embargo, que puede producir cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría tener efectos biológicos importantes. Así, se han publicado múltiples estudios en las últimas dos décadas, citando una posible relación de los campos electromagnéticos de baja energía con el origen de determinados cánceres, sobre todo leucemias. También se han intentado relacionar con alteraciones del aparato reproductor, neurológico y cardiovascular, y con malformaciones fetales.
Radiaciones electromagnéticas y cáncer
Aunque es indudable que ejercen efectos biológicos, el papel de las radiaciones no ionizantes como agentes cancerígenos es polémico. Se piensa que, en todo caso, actuarían como promotores tumorales, con escaso o nulo poder inicial para convertir genes normales en oncogenes. En muchos trabajos se ha determinado un mayor riesgo relativo de leucemias, tumores cerebrales y otros cánceres en sujetos que residen en las proximidades de las líneas de alta tensión y entre distintas poblaciones expuestas profesionalmente. La sospecha de asociación más firme se ha establecido con las leucemias infantiles.
Sin embargo, los estudios son contradictorios, sobre todo por la dificultad de medir la exposición a la radiación no ionizante y los métodos epidemiológico-estadísticos usados. Así, existen múltiples trabajos en sentido contrario. Desde el punto de vista de la salud pública, se piensa que hay que considerar estos hallazgos como serias advertencias sobre los potenciales efectos adversos de la radiación no ionizante; si bien, ante la falta de evidencia definitiva, la única recomendación podría ser la de "evitación prudente" células, hasta convertirse en masas de tejidos llamados tumores o neoplasias gradual, con largos. Este es un proceso períodos de tiempo entre la exposición a factores cancerígenos y el desarrollo de un tumor.
Sin embargo, los estudios son contradictorios, sobre todo por la dificultad de medir la exposición a la radiación no ionizante y los métodos epidemiológico-estadísticos usados. Así, existen múltiples trabajos en sentido contrario. Desde el punto de vista de la salud pública, se piensa que hay que considerar estos hallazgos como serias advertencias sobre los potenciales efectos adversos de la radiación no ionizante; si bien, ante la falta de evidencia definitiva, la única recomendación podría ser la de "evitación prudente" células, hasta convertirse en masas de tejidos llamados tumores o neoplasias gradual, con largos. Este es un proceso períodos de tiempo entre la exposición a factores cancerígenos y el desarrollo de un tumor.
LAS RADIACIONES EN LAS TELECOMUNICACIONES
Ante la inminente y masiva instalación de antenas de telefonía móvil en nuestra ciudad y en diversos puntos de nuestra provincia y, como consecuencia de ello, ante la intranquilidad de ciudadanos y comunidades de vecinos que se plantean numerosos interrogantes (relativos a salud, seguridad, efectos a largo plazo, etc.) que ni administración ni empresas instaladoras resuelven con claridad, desde ECOLOGISTAS EN ACCIÓN hemos elaborado un informe preliminar sobre este tipo de ondas y antenas, que es el que aquí presentamos.
No obstante seguimos trabajando en un documento más profundo donde se contrastarán los estudios que a tal efecto se llevan a cabo en diversos países y cuyos resultados saldrán a la luz en fechas posteriores.
Lo que ya podemos afirmar sin lugar a dudas en relación a este tema es que:
El “principio de precaución”, como ha ocurrido en otros estudios, (ftalatos en PVC de mordedores de niños, paradiclorobenceno, PCBs y un largo etc.), han brillado por su ausencia; es decir, como casi siempre comenzamos a estudiar los efectos de estas radiaciones y estos aparatos una vez ya están instalados, extendidos y afectando a la población.
¿ QUÉ PASARÁ SI ESOS ESTUDIOS DEMUESTRAN UN GRAVE RIESGO PARA LA SALUD?
CARACTERÍSTICAS DE LA RADIACIÓN QUE EMITEN Y EFECTOS
Los teléfonos móviles, a diferencia de los convencionales, llevan incorporado un pequeño emisor-receptor, este aparato es el que permite conectar con la antena emisora–receptora que la red de telefonía móvil ha instalado en diversos puntos de una ciudad, y de esta forma se puede comunicar con otro teléfono.
La comunicación entre teléfono y antena se realiza mediante ondas electromagnéticas, generadas artificialmente por ambos aparatos. Una vez que las ondas han llegado a la antena más próxima, ésta las transforma para pasar a la red telefónica convencional.
Las antenas (antenas de estaciones base) crean a su alrededor un campo electromagnético o un espacio en el que actúan sus radiaciones. La intensidad de este campo creado es inversamente proporcional a la distancia a la antena por lo que, en principio, viviendas próximas a la antena instalada, del mismo edificio o edificios próximos pueden quedar dentro de ese campo intenso y ser afectados. Las dudas se plantean en cuál es la distancia de seguridad y por lo tanto si una azotea de un edificio es un sitio seguro e inocuo para los vecinos.
Las antenas de estaciones base producen una radiación electromagnética que por su frecuencia (la telefonía móvil opera a 1800–2.200 MHz en unos casos (S.C.P. o Sistemas de Comunicación Personal), y a 860–900 MHz en otros), es radiación de radiofrecuencia (R.F.). Está radiación de radiofrecuencia es no ionizante y sus efectos biológicos son esencialmente diferentes de los de la radiación ionizante, producida por máquinas de rayos X o por la desintegración de isótopos radiactivos.
La interacción del material biológico con una emisión electromagnética depende de la frecuencia de la emisión. Los rayos X, ondas de radio y campos eléctricos y magnéticos generados por líneas eléctricas son todos parte del espectro electromagnético y cada zona del espectro se caracteriza por su frecuencia (velocidad con la que el campo electromagnético cambia de dirección) y se mide en hercios (Hz) siendo 1 Hz un ciclo (cambio de dirección) por segundo y 1 megahercio (MHz) 1 millón de ciclos por segundo.
A frecuencias extremadamente altas (características de rayos X) las ondas electromagnéticas tienen suficiente energía para romper enlaces químicos (ionización). A frecuencias más bajas como las R.F., la energía de las ondas se considera demasiado baja para romper enlaces químicos, por lo que se consideran a estas radiaciones no ionizantes (R.N.I.).
Pero el que estas radiaciones sean no ionizantes simplemente descarta los graves efectos de ionización de la materia y negativos efectos en salud que producen radiaciones ya muy estudiadas, como las nucleares (Rad. ionizantes) pero no descarta otros efectos en la salud, que algunos estudios empiezan a vislumbrar, aunque todavía de forma no sistemática y que analizaremos en el apartado nº 4.
A pesar de lo novedoso del tema, al menos en nuestro país (la instalación de este tipo de antenas en España es muy reciente), y a pesar también de que existen multitud de intereses, económicos fundamentalmente, que potencian y magnifican aquellos resultados de experimentos científicos que hablan de la inocuidad de estas radiaciones, existen algunos puntos que todo el mundo admite:
1.- La exposición a ondas RF de antenas de telefonía móvil puede ser peligrosa si es lo suficientemente intensa.
2.- En el supuesto del punto 1, los daños incluyen:
a) Cataratas.
b) Quemaduras de piel.
c) Quemaduras internas.
d) Golpes de calor.
e) Alteraciones en el comportamiento.
f) Alteraciones en el desarrollo embrionario.
3.- En cortas exposiciones a menos de 6 m de una antena hay posibilidad de daño.
4.- La densidad de potencia en el interior de un edificio será de 3 a 20 veces más baja que en el exterior pero “no desaparece”.
Los efectos biológicos de las ondas RF dependen de la tasa de energía absorbida, denominada técnicamente tasa de absorción específica (S.A.R.: Specific Absorption Rate) y se mide en w/kg, siendo difícil de medir, por lo que se suele medir es la densidad de potencia de onda plana. La SAR máxima que impone la Unión Europea es 1,6 w/kg, aunque la tasa media que se aconseja para toda la población es de 0,008 w/kg con picos de 2 w/kg no más de 6 minutos.
Otro aspecto a resaltar es la falta de consenso entre distintos países que ya han establecido límites y normas de seguridad al respecto. Australia y Nueva Zelanda presentan valores de 2 a 6 veces más restrictivos que EE.UU. y no instalan antenas de telefonía móvil en las azoteas de los edificios.
3.- ESTRUCTURA E INSTALACIÓN
Las antenas base se pueden instalar sobre una torre propia, solución que se toma en los casos de instalación en zonas rurales o urbanizaciones donde no existen edificios altos o en las azoteas de los
edificios, y es en este segundo caso donde más fácil es que la antena y su campo de radiación constituya un riesgo para la población circundante que rodea o está próxima a la antena, bien en el mismo edificio o en otros colindantes.
En este aspecto, la comunidad de vecinos que va a firmar un contrato de arrendamiento de su azotea para la instalación de una antena base de telefonía móvil debe tener muy claros los siguientes puntos: Antena instalada en el campo
1. La instalación en la azotea de estas antenas no es un trabajo sencillo y necesita licencia municipal.
2. Lo que van a colocar en su azotea pesa entre 3.000 Kg. y 10.000 Kg.
3. Con frecuencia se utilizan en el proceso grúas de largo alcance.
4. En algunos casos el proyecto original es una chapuza que hay que modificar sobre la marcha, como ha ocurrido ya en alguna antena instalada en Albacete.
5. Que la azotea queda neutralizada para otros usos: jugar, tender, observar estrellas, por citar algunos usos legítimos de todos los vecinos.
“Es curioso que los pocos que votan no a la instalación de este artefacto, también pierden valor en su vivienda al limitar los usos anteriores a la instalación”
“ Y es que el límite de seguridad legal (muy poco exigente para muchos científicos) es de 6 m.”
6. Que cuando se dice antena base no se piense en una antena de TV, pues las antenas base de telefonía móvil van acompañadas de:
a) Cables coaxiales.
b) Armazones de soporte.
c) Espacio para los equipos electrónicos de la empresa.
d) Sistemas de puesta a tierra de los equipos.
e) Perforaciones a la entrada del portal para depósito de llaves.
f) Robustas vigas de hierro que sustentan el recinto de los equipos electrónicos.
g) Y se añade en los contratos de arrendamiento: “...Todos los elementos e instalaciones que sean necesarios o convenientes en cada momento para la estación base” (La empresa puede montar una verdadera feria en la azotea del edificio en cuestión).
7. Realmente la azotea de un edificio donde se instala una de estas antenas queda literalmente “invadida” y “ocupada”.
8. Existen problemas serios de ruido durante la instalación de la misma.
Todos estos detalles que aquí analizamos no se suelen aclarar en las reuniones de las comunidades de propietarios y en la mayoría de los casos se reduce la discusión en si el dinero que dan es suficiente o no, o si es mejor la propuesta de TELEFÓNICA, la de RETEVISIÓN o la de AIRTEL.
En resumen queremos decir que sin entrar en los efectos biológicos de las radiaciones, el famoso maná a las comunidades no es tal al perder:
a) Seguridad en tu vivienda: Existen una serie de empleados de la compañía arrendataria que pueden entrar y salir en cualquier momento, al disponer de llave.
b) Posibilidades de uso: La azotea pierde multitud de usos: tender, tomar el sol, observar estrella, jugar,...)
c) Valor del inmueble: Un comprador de un piso valorará como negativo que el edificio tenga arriba o cerca de él una estación base de telefonía móvil (ya ocurre en otros países).
d) Seguridad estructural del edificio: Puede afectar a la estructura del edificio, que en su momento no se diseñó para esta sobrecarga.
4. DATOS CIENTÍFICOS RELATIVOS A POSIBLES “RIESGOS EN LA SALUD”
Para iniciar este apartado podemos decir:
Existen, como ocurre casi siempre ante temas novedosos, diversos estudios a favor y en contra de sus efectos en salud. Los estudios epidemiológicos serios son difíciles y largos y se están iniciando en estos momentos o tardarán algún tiempo en llegar a conclusiones definitivas. Mientras tanto podemos analizar algunos estudios serios que vislumbran efectos negativos en salud:
1) Nadie descarta el efecto térmico si la persona se acerca mucho a la antena, la duda está en cuantificar ese “acercarse mucho”: 6 m según legislación o más metros como defienden científicos de peso.
¿Se puede seguir jugando en una azotea sin riesgo?
¿Hay riesgo si vivo en el último piso del edificio contiguo?
2) Los efectos no térmicos, en principio parece que existen para unos científicos, y son desconocidos o no existen en absoluto para otros.
3) En un laboratorio de Adelaida (Australia) durante año y medio se sometió a un grupo de ratones a una radiación similar (RF) a la que emiten las antenas base en 2 sesiones de 30 minutos cada día. Al cabo de estos 18 meses se comprobó que los ratones irradiados desarrollaron un 50% más de tumores que los del grupo testigo que habían vivido sin ser irradiados.
No citaríamos este estudio si no fuese porque el director del laboratorio es Michael Rapacholi (Director del Proyecto Internacional de Campos Electromagnéticos de la O.M.S).
4) Jocelyne Leal, jefa de Servicio Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, hace una especial recomendación:
“Es muy importante que la gente sepa que las personas con marcapasos o desfibriladores implantados deben tener un cuidado especial al utilizar teléfonos móviles o acercarse a las proximidades de antenas base”
5) Jose Luis Bardasano (Director del Instituto de Bioelectromagnetismo de la Universidad de Alcalá de Henares) plantea:
“Las ciudades se están convirtiendo en auténticos bosques de antenas de todas clases, algunas emiten radiaciones a las que la gente se adapta o sufre. La gente no adaptada va a tener insomnio, va a ser más agresiva y más inestable”
“Los seres humanos tenemos un pequeño órgano situado en el centro del encéfalo, se trata de la glándula pineal. Este órgano es el encargado de regular nuestros ritmos vitales, está sincronizado con la luz solar y, en menor medida, con el magnetismo terrestre. Una de las funciones de la glándula pineal es la de producir por la noche una hormona: “La melatonina”
Cuando una persona está sometida contínuamente a un campo electromagnético “la producción de la hormona desciende” y la melatonina es un antiradicales libres, produce ritmo en el organismo y es un potente anticancerígeno, sobre todo en el cáncer de mama”.
6) Un comité de 12 renombrados científicos europeos, constituido en junio de 2000 y presidido por el biólogo Sir Williams Stewart han revisado todas las investigaciones recientes sobre riesgos para la salud y en sus declaraciones plantean:
a) Piden campañas para educar a padres y niños sobre los posibles efectos de los móviles e impedir que se erijan : “Nuevas antenas base en los colegios”
b) Ahora puede que no veamos cánceres, pero dentro de diez años ¿Quién sabe?
c) Los teléfonos móviles son un peligro para la salud de nuestros niños.
“Si esto es así, es de suponer que la vida cerca de las estaciones base también”
7) El biofísico neozelandés Neil Cherry indica que las antenas para los teléfonos móviles tienen que instalarse a una distancia mínima de 150 m del primer lugar habitado y no deben emitir más de 1 mwatio/cm2.
8) El biólogo británico Roger Coghill ha insistido en los últimos años en que, por primera vez en la historia, los humanos están caminando con un campo electromagnético operando contínuamente junto a sus cuerpos y que las compañías telefónicas deberían poner sello en sus productos advirtiendo sus efectos, al igual que ocurre con el tabaco.
9) El Parlamento Europeo, máximo organismo legislativo de la Comunidad Europea, debatió y aprobó el pasado mes de marzo una resolución sobre la propuesta del Consejo de "limitar la exposición de los ciudadanos a los campos electromagnéticos” y en la que alentaba a los estados miembros a realizar más estudios para garantizar la protección de la salud y los derechos de los ciudadanos”.
10) Durante los próximos 3 años, los investigadores del Proyecto Reflex (en el que interviene un grupo de investigadores del hospital Ramón y Cajal de Madrid) se encargarán de evaluar el riesgo, primero en células, y luego en ratas, que para la salud pueden tener las radio-ondas de los teléfonos móviles (trabajarán con frecuencias de 900 y 1800 Megahercios).
11) Una investigación realizada por la SOCIEDAD INTERNACIONAL PARA LA INVESTIGACIÓN DE LA CONTAMINACIÓN
12) ELECTROMAGNÉTICA (IGEF) en Alemania, y realizada en 280 casas situadas en las cercanías de antenas de telefonía móvil, ha puesto de manifiesto que una cantidad significativa de personas que estaban viviendo en dichas casas desde hacía más de 10 años, al poco tiempo de instalar cerca de su casa tales antenas empezaron a padecer, sin ninguna causa aparente, los siguientes trastornos en salud: dolor de cabeza frecuente, irritabilidad nerviosa, presión arterial alta, arritmias cardiacas, trastornos del sueño, mareos y bloqueos mentales.
13) En el Departamento de Biología Animal de la Facultad de Ciencias Biológicas de Valencia, Núñez, Rolf y De la Rosa encontraron cambios importantes en los ciclos circadianos de ratones y un incremento significativo de estrés ante la exposición a microondas de telefonía móvil, comparativamente con los grupos de control no expuestos.
5. ANÁLISIS DE LOS CONTRATOS DE ARRENDAMIENTO QUE PRESENTAN LAS EMPRESAS A LAS COMUNIDADES DE VECINOS
En este apartado queremos añadir a esa serie de elementos que el ciudadano, copropietario o comunidad de propietarios de un edificio deben conocer en relación a la radiación electromagnética y la antena base de telefonía móvil, vistos ya en apartados anteriores, otros elementos relativos a los contratos de arrendamiento:
En primer lugar, hemos de resaltar las prisas con las que se desarrolla el proceso de convencer a la Comunidad, pidiendo que se firme rápidamente el contrato. A menudo, los Presidentes o Administradores de las Comunidades sorprenden a sus vecinos con un desproporcionado interés en que se concluya la firma, lo cual puede corresponderse con el rumor que algunas empresas abonan una sustanciosa comisión, para que les allanen el camino. Al día siguiente de tener la firma, suelen estar ya instalando la estación.
1. Nuestro primer consejo, antes de cualquier firma de contratos en una Comunidad sería buscar un asesoramiento jurídico, la información adecuada de los vecinos y evitar las prisas que intencionadamente acompañan a estos procesos.
2. Con los recursos legales que disponemos en este momento, el problema es atajable antes de la instalación de la antena, incluso hay cierta posibilidad legal de evitar la instalación estando en minoría dentro de la Comunidad de Propietarios, en base al estudio de la Ley de la Propiedad Horizontal. Esta Ley, exige la aceptación de por los 3/5 de la Comunidad, para realizar mejoras en la Comunidad. Sin embargo, esto se trataría de un arrendamiento que realiza la Comunidad, y la negativa de un vecino podría ser suficiente. Sin embargo, una vez instalada y firmado el contrato, el problema sería de retirada de la antena, y eso actualmente es mucho más difícil
3. Un copropietario, con su voto afirmativo a la instalación de una estación base de telefonía móvil, al tiempo que se hace beneficiario del alquiler, pasa a ser responsable, junto a la empresa (Airtel, Retevisión, etc) y junto a la Administración (si concedió la licencia) de todos los efectos nocivos en salud o perjuicios que de ella se deriven.
¿Saben eso los firmantes, en las comunidades de vecinos?
4. Lo que se firma con el contrato no es la instalación de una “simple antena” similar a las de TV, sino lo que se acepta es la instalación de una estación base de telefonía móvil, que el contrato detalla pero añadiendo al final de su composición y “todos los demás elementos e instalaciones que sean necesarios...” dejando abierta una puerta a que en la azotea de un edificio monten una verdadera feria en las alturas, como así ocurre (Diversos elementos que superan en total los 3.000 kg.)
5. En muchos de los contratos, existe una cláusula que permite subarrendar la totalidad o parte de su espacio a otra empresa y poder colocar nuevas antenas, sin el visto bueno de la Comunidad. Esta cláusula deja a la comunidad vendida ante posibles antenas que podrían sumarse a la instalada.
6. Las claúsulas de rescisión que se fijan en el contrato son muy curiosas; la empresa a los 10 años puede rescindirlo unilateralmente, pero la Comunidad solo tiene posibilidades de hacerlo pasados 20 ó 25 años. En los contratos que hemos visto, la única causa que admiten para que la Comunidad pueda rescindir el contrato es la falta de pago o la promulgación de una ley, que especifique que las antenas son nocivas.
“Hay que revisar las cláusulas de rescisión”
7. Una cláusula que no incluyen los contratos y que aquí proponemos es la siguiente:
“Será causa de la resolución del contrato el que las condiciones, conocimientos y avances médicos y epidemiológicos en la investigación de este tipo de antenas, y de radiaciones, concluyan que son perjudiciales para la salud de los vecinos en su totalidad o para algún grupo de riesgo (niños, embarazadas, ancianos).”
8. A la hora de firmar el contrato, la gente sólo valora el dinero que recibe anualmente, y hay que recordar el dicho: "La salud no tiene precio" ,y contemplar también:
La devaluación que ha sufrido su vivienda por esta instalación (muy superior del dinero recibido), debido al rechazo social creciente a este tipo de antenas, seguramente nocivas para la salud de los vecinos...
9. Suele aparecer en el contrato que la empresa instaladora tiene contratado un seguro. Debe exigirse que nos den copia del mismo, para saber en qué términos está realizado. Por el conocimiento que hemos tenido de alguno, figura que "no cubre el seguro los daños que pudieran producirse por contaminación electromagnética".
10. En otra de las cláusulas se suele hacer referencia a la instalación elementos en fachada, y no especifica, cosa que debería hacerlo: "sin causar perjuicio de visibilidad o molestia a ninguno de los vecinos de la comunidad".
11. Si se establecen los Estatutos de una Comunidad de Propietarios (casi ninguna los tiene) y se fija en ellos la negativa a la instalación de una estación base de telefonía móvil, el asunto queda solucionado incluso frente a una mayoría que posteriormente decida su instalación.
“Establecer los estatutos de la comunidad con tiempo y tranquilidad e incluir el tema con claridad” puede ser un elemento protector frente a la instalación de estas antenas.
DECÁLOGO (Resumen)
1) El principio de prevención recomendaría: “Prohibir la instalación de estaciones de telefonía móvil en las terrazas de los edificios”
2) Las antenas deberían situarse lejos de los núcleos de población.
3) El efecto térmico en las proximidades de las antenas está admitido por todos los científicos.
4) Evitar la exposición a esta radiación hasta que esté estudiada su inocuidad y se comprueben que los efectos no térmicos no existen o no afectan a la salud.
5) Los ayuntamientos deberán estar informados, para informar al ciudadano y deberán tratar este tipo de radiación en sus ordenanzas. (En concreto el Ayuntamiento de Albacete, incluirlo en su O.M.M.A. en el título relativo a Contaminación atmosférica por distintas formas de la energía).
6) Las comunidades de vecinos deben estar informadas de lo que significa realmente la instalación de una antena base en su azotea.
7) Las comunidades de propietarios deberán asesorarse debidamente sobre los aspectos jurídicos de los contratos de arrendamiento que sólo tienen ventajas para la empresa y dejan totalmente atada de pies y manos a la comunidad por periodos importantes de hasta 25 años.
8) No está demostrada la peligrosidad (aunque hay indicios de ello), pero tampoco la inocuidad.
9) El Consejo de las Comunidades Europeas recomienda entre otros aspectos de precaución:
a) Observar los límites de radiación menos permisivos en el ámbito internacional
b) Instalar las antenas base lejos de los núcleos habitados.
10) Como en otros campos es fundamental la Educación Ambiental que explique a la población cómo se evalúan y se gestionan los riesgos de la polución electromagnética, para que esta población pueda decidir por ella misma.
ESQUEMA DE EMISIÓN DE SEÑALES DE TELEFONÍA MÓVIL
Características de las ondas de telefonía móvil
Su intensidad disminuye con el cuadrado de la distancia:
A una distancia triple, la intensidad es 9 veces menor.
Hay más peligro cuanto más cerca se esté.
Las compañías quieren poner más antenas cerca.
Atraviesa paredes, edificios, ... y personas.
También se reflejan o rebotan.
RIESGOS PARA LA SALUD DE LA TELEFONÍA MÓVIL
Efectos Térmicos (Calentamiento de tejidos)
Ø Comprobado hace tiempo.
Ø Efecto en distancias cortas y exposiciones pequeñas.
Ø Similar a microondas. Efectos:
· Daños en el cerebro
· Quemaduras de piel o internas.
· Golpes de calor.
· Cataratas.
· Influencia en marcapasos.
Ø Reglamentación laboral: Mantener 6 m. de distancia.
Efectos No Térmicos
Ø Sin comprobar con rotundidad, pero sin descartar.
Ø Efectos con exposiciones muy largas y poca intensidad.
Ø Experimentos en marcha.
Ø Existen sospechas científicas.
Ø Posibles efectos:
· Disminución de defensas. Enfermedades variadas.
· Población más sensible:
v Ancianos y enfermos (defensas).
v Niños (defensas y crecimiento).
v Embarazadas (feto).
· No produce cáncer, pero acelera los existentes.
· Linfomas infantiles.
· Dolores de cabeza.
· Alteraciones de comportamiento (Insomnio, agresividad).
INFORMACIÓN PARA LAS COMUNIDADES DE VECINOS
· Son instalaciones industriales situadas sobre edificios. Deben tener Licencia de Obras y Licencia de Actividad.
· Una estación base de telefonía móvil consta de antenas con sus armazones de soporte, caseta de equipos electrónicos, vigas para repartir el peso, cables. Todo ello puede pesar de 3.000 a 10.000 Kg. Requiere un estudio técnico.
· Debe aprobarse por unanimidad de los vecinos, al suponer cambios estructurales del edificio, y no por mayoría simple como se suele hacer. Recurso judicial.
· La azotea queda ocupada e inutilizada para otros usos (jugar, tender, tomar el sol, etc).
· Los contratos suelen ser abusivos por parte de las compañías:
Ø 20 años, sin posibilidad de rescisión por la comunidad.
Ø La compañía puede ampliar o alquilar las instalaciones.
· La vivienda se devalúa por:
Ø Baja su valor de venta.
Ø Seguridad estructural del edificio.
· La comunidad es corresponsable de los daños que pueda ocasionar esta instalación.
LOS TELÉFONOS MÓVILES
¨ Emiten radiaciones que, aun siendo pequeñas, están muy cerca del cuerpo.
¨ Cuando está en espera también emite radiación, aunque menor. Evitar llevarlo permanentemente pegado al cuerpo.
¨ Cuando se hace una llamada, aumenta la potencia. La antena es la parte más peligrosa. Debe alejarse de la cabeza.
¨ No usar cuando la señal de cobertura es baja. Para mejorar la comunicación, el móvil aumenta su potencia.
¨ No usar dentro del coche; el móvil aumenta su potencia. Nunca conduciendo; distrae la atención.
¨ Al marcar el número no acercar a la cabeza hasta que fije la llamada; mientras busca la mejor antena receptora está a máxima potencia.
¨ El móvil no es un juguete; evitar su uso a niños y jóvenes en crecimiento.
¨ Usar móviles de baja radiación.
¨ Reducir el número de llamadas y su duración. Usar para avisos necesarios, no para charlas largas.
¨ Cuanto más se usen los móviles, las compañías tendrán que instalar más antenas.
¨ El constante cambio de aparatos genera una fuente de contaminación, especialmente por las baterías.
Tras la onda segura
Las antenas de telefonía han despertado una psicosis colectiva sobre sus posibles efectos nocivos. Diversos estudios internacionales descartan que sean peligrosas, los oncólogos españoles hacen un llamamiento a la calma y el Ministerio de Ciencia y Tecnología reduce la potencia de las que están cercanas a colegios, hospitales y parques. ¿Son seguras las ondas que nos rodean?
Las antenas de telefonía han despertado una psicosis colectiva sobre sus posibles efectos nocivos. Diversos estudios internacionales descartan que sean peligrosas, los oncólogos españoles hacen un llamamiento a la calma y el Ministerio de Ciencia y Tecnología reduce la potencia de las que están cercanas a colegios, hospitales y parques. ¿Son seguras las ondas que nos rodean?
En los últimos años, las antenas de telefonía han crecido con más frecuencia que los árboles en nuestras ciudades y pueblos. Este tipo de antenas, junto con otros dispositivos como los aparatos de radio y televisión, los microondas, los teléfonos móviles o los ordenadores, son emisores de radiaciones no ionizantes, parte del espectro electromagnético que se completa con las ionizantes (los rayos X).
Los cuatro casos de cáncer registrados en un colegio de Valladolid han suscitado recelos sobre las radiaciones no ionizantes, concretamente las emitidas por antenas de telefonía. Varias asociaciones de padres y de consumidores y usuarios las apuntan como responsables de estas enfermedades.
“Los estudios realizados sobre las radiaciones no ionizantes confirman que los límites de seguridad dispuestos por la legislación española no son nocivos para la salud”, indica Alejandro Úbeda, del Servicio de Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Úbeda es uno de los coordinadores del comité de expertos independientes que presentaron el otoño pasado las recomendaciones para regular la emisión de campos electromagnéticos.
Según el especialista los casos de cáncer en el Colegio García Quintana de Valladolid no evidencian la relación entre las antenas y el cáncer, “porque de ser cierta, sería una incidencia brutal, cercana al 1 por ciento de la población, frente a la normal que es de tres o cuatro casos por cada 100.000 habitantes. Ya habríamos constatado esta incidencia en todos los estudios que se han realizado”.
El estudio 'isla'
Sólo un único estudio, el realizado en 1997 por el científico australiano Michael Repacholi, demostró la relación entre los campos de radiofrecuencia emitidos por móviles y el desarrollo de cáncer. Este trabajo se efectuó con ratones transgénicos (modificados genéticamente para que fueran propensos a desarrollar tumores).
Repacholi expuso durante más de un año a estos animales a señales parecidas a las que emite un teléfono móvil y los ratones desarrollaron un número significativamente elevado de tumores. Los ratones se modificaron genéticamente, porque las radiaciones no ionizantes, al contrario que las ionizantes (radiactivas), no dañan el ADN (nuestro código genético, desde el que se inicia el cáncer) y por tanto no tienen capacidad para empezar un proceso tumoral.
Al emplear ratones alterados para que fueran más propensos a desarrollar un cáncer se estaba especulando con la posibilidad de que las emisiones de radiofrecuencias afectaran sólo a una parte de la población más sensible a estos agentes.
“El trabajo de Repacholi es una isla de ‘efecto’ en un mar de ‘no efecto’. Ninguno de los estudios realizados posteriormente en este sentido ha logrado los mismos resultados. No hay evidencias de que la exposición a los actuales campos de radiofrecuencia y microondas (el rango de la telefonía móvil) sean nocivos en los niveles permitidos”, recalca el especialista.
Otros efectos de los móviles
A pesar de estas evidencias, Alejandro Úbeda relata que en su departamento se están realizando varios estudios para clarificar otros posibles efectos de este tipo de señales en el organismo. Hasta el momento se ha demostrado que la telefonía móvil produce en el organismo un calentamiento de la temperatura corporal (efecto térmico).
Muchos ingenieros no aceptan que haya otros efectos distintos a estos cuando se habla de la telefonía móvil, pero algunos experimentos desarrollados apuntan que aparecen cambios muy sutiles en el registro electroencefalográfico del cerebro.
“Esto no significa que hablar por un móvil dañe al cerebro. No se trata de cambios patológicos, sino que podrían asemejarse a la contracción de la pupila cuando se expone a la luz de una lámpara (otro campo electromagnético). ¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida se contrae la pupila ante la luz eléctrica? Y sin embargo eso no es perjudicial. De igual forma, el uso durante más de media hora del móvil puede originar pequeños cambios, adaptaciones en nuestro organismo, sin que sean nocivas”, argumenta Úbeda.
Otros cambios constatados también parecen más curiosos que nocivos. Por ejemplo, se ha observado que tras hablar durante más de media hora por el móvil una misma persona resuelve con más rapidez una tarea sencilla, como escoger una palabra entre cuatro para completar una frase (exactamente tarda cuatro milésimas de segundo menos).
Discrepancias
Esta opinión, suscrita también por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), no es compartida por otros sectores de la comunidad científica. Pedro Costa, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y autor del libro ‘Electromagnetismo (silencioso, ubicuo e inquietante)’ publicado en 1996, llama la atención sobre la inconsistencia de los datos que se manejan: “No hay estudios concluyentes. Es cierto que no existen pruebas sobre los efectos nocivos en la salud de los campos electromagnéticos, pero tampoco hay pruebas que garanticen totalmente la seguridad. De hecho, además de los efectos carcinógenos, existen alteraciones en el sistema nervioso central que comportan estrés, insomnio o inapetencia, entre otras”.
El ingeniero se apoya en el principio de precaución y recuerda que el real decreto de 29 de septiembre que regulaba la seguridad de la telefonía móvil, acaba de ser revisado el 12 de enero de 2002, para que las antenas a menos de cien metros de zonas sensibles (colegios, hospitales y guarderías) minimicen su potencia. “¿En tres meses hay que volver a restringir lo que ya estaba regulado?”.
Costa ha mostrado su indignación sobre los que intentan responsabilizar a otros agentes (como las sustancias químicas) de los casos de cáncer del colegio pucelano: “Es inconcebible afirmar que los campos de electromagnéticos son por definición inocuos. No estamos hablando de una realidad espiritual, sino magnética y energética. Otra cosa es que discutamos a partir de qué nivel, en qué organismos, o si sus consecuencias se expresan ahora o en futuras generaciones”.
Los cuatro casos de cáncer registrados en un colegio de Valladolid han suscitado recelos sobre las radiaciones no ionizantes, concretamente las emitidas por antenas de telefonía. Varias asociaciones de padres y de consumidores y usuarios las apuntan como responsables de estas enfermedades.
“Los estudios realizados sobre las radiaciones no ionizantes confirman que los límites de seguridad dispuestos por la legislación española no son nocivos para la salud”, indica Alejandro Úbeda, del Servicio de Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Úbeda es uno de los coordinadores del comité de expertos independientes que presentaron el otoño pasado las recomendaciones para regular la emisión de campos electromagnéticos.
Según el especialista los casos de cáncer en el Colegio García Quintana de Valladolid no evidencian la relación entre las antenas y el cáncer, “porque de ser cierta, sería una incidencia brutal, cercana al 1 por ciento de la población, frente a la normal que es de tres o cuatro casos por cada 100.000 habitantes. Ya habríamos constatado esta incidencia en todos los estudios que se han realizado”.
El estudio 'isla'
Sólo un único estudio, el realizado en 1997 por el científico australiano Michael Repacholi, demostró la relación entre los campos de radiofrecuencia emitidos por móviles y el desarrollo de cáncer. Este trabajo se efectuó con ratones transgénicos (modificados genéticamente para que fueran propensos a desarrollar tumores).
Repacholi expuso durante más de un año a estos animales a señales parecidas a las que emite un teléfono móvil y los ratones desarrollaron un número significativamente elevado de tumores. Los ratones se modificaron genéticamente, porque las radiaciones no ionizantes, al contrario que las ionizantes (radiactivas), no dañan el ADN (nuestro código genético, desde el que se inicia el cáncer) y por tanto no tienen capacidad para empezar un proceso tumoral.
Al emplear ratones alterados para que fueran más propensos a desarrollar un cáncer se estaba especulando con la posibilidad de que las emisiones de radiofrecuencias afectaran sólo a una parte de la población más sensible a estos agentes.
“El trabajo de Repacholi es una isla de ‘efecto’ en un mar de ‘no efecto’. Ninguno de los estudios realizados posteriormente en este sentido ha logrado los mismos resultados. No hay evidencias de que la exposición a los actuales campos de radiofrecuencia y microondas (el rango de la telefonía móvil) sean nocivos en los niveles permitidos”, recalca el especialista.
Otros efectos de los móviles
A pesar de estas evidencias, Alejandro Úbeda relata que en su departamento se están realizando varios estudios para clarificar otros posibles efectos de este tipo de señales en el organismo. Hasta el momento se ha demostrado que la telefonía móvil produce en el organismo un calentamiento de la temperatura corporal (efecto térmico).
Muchos ingenieros no aceptan que haya otros efectos distintos a estos cuando se habla de la telefonía móvil, pero algunos experimentos desarrollados apuntan que aparecen cambios muy sutiles en el registro electroencefalográfico del cerebro.
“Esto no significa que hablar por un móvil dañe al cerebro. No se trata de cambios patológicos, sino que podrían asemejarse a la contracción de la pupila cuando se expone a la luz de una lámpara (otro campo electromagnético). ¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida se contrae la pupila ante la luz eléctrica? Y sin embargo eso no es perjudicial. De igual forma, el uso durante más de media hora del móvil puede originar pequeños cambios, adaptaciones en nuestro organismo, sin que sean nocivas”, argumenta Úbeda.
Otros cambios constatados también parecen más curiosos que nocivos. Por ejemplo, se ha observado que tras hablar durante más de media hora por el móvil una misma persona resuelve con más rapidez una tarea sencilla, como escoger una palabra entre cuatro para completar una frase (exactamente tarda cuatro milésimas de segundo menos).
Discrepancias
Esta opinión, suscrita también por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), no es compartida por otros sectores de la comunidad científica. Pedro Costa, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y autor del libro ‘Electromagnetismo (silencioso, ubicuo e inquietante)’ publicado en 1996, llama la atención sobre la inconsistencia de los datos que se manejan: “No hay estudios concluyentes. Es cierto que no existen pruebas sobre los efectos nocivos en la salud de los campos electromagnéticos, pero tampoco hay pruebas que garanticen totalmente la seguridad. De hecho, además de los efectos carcinógenos, existen alteraciones en el sistema nervioso central que comportan estrés, insomnio o inapetencia, entre otras”.
El ingeniero se apoya en el principio de precaución y recuerda que el real decreto de 29 de septiembre que regulaba la seguridad de la telefonía móvil, acaba de ser revisado el 12 de enero de 2002, para que las antenas a menos de cien metros de zonas sensibles (colegios, hospitales y guarderías) minimicen su potencia. “¿En tres meses hay que volver a restringir lo que ya estaba regulado?”.
Costa ha mostrado su indignación sobre los que intentan responsabilizar a otros agentes (como las sustancias químicas) de los casos de cáncer del colegio pucelano: “Es inconcebible afirmar que los campos de electromagnéticos son por definición inocuos. No estamos hablando de una realidad espiritual, sino magnética y energética. Otra cosa es que discutamos a partir de qué nivel, en qué organismos, o si sus consecuencias se expresan ahora o en futuras generaciones”.
OPINION PERSONAL
Tras haber encontrado, leído y contrastado mucha información, informes y estudios ya realizados acerca de la radiaciones, he llegado a la conclusión de que los campos electromagnéticos nos afectan en todos los sentidos y/o alteran nuestro organismo en mayor o menor medida ( depende de las dosis ), pero tras tantos años de estudios que se han realizado acerca de este tema todavía se reconoce que no está demostrado que este tipo de radiaciones tan usadas hoy en día, sean perjudiciales y ni mucho menos peligrosas para el ser humano, no por lo menos de forma clara .
Yo pienso que nos afecta pero no de una manera tan exagerada como la sociedad piensa, nos afecta del mismo modo que el clima, la sociedad, la cultura, etc; lo que no quiere decir que no sea perjudicial para las personas.
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